A lo mejor no importa

Esa paloma no lo sabe, pero está encerrada como todos nosotros, aunque nuestra cárcel no tiene barrotes, ni guardias con porras, ni ventanucos diminutos que dan a un patio interior por el que los demás presos pasean para no enloquecer. Tampoco tiene celdas de aislamiento donde meten a los que se portan mal, ni un enorme comedor en el que, de vez en cuando, se produce una pelea y la comida es asquerosa, ni unas torretas custodiadas por hombres armados que delimitan el perímetro. No hay rejas en la parte exterior, ni alcaide, ni capilla, ni lavandería, ni un campo de piedras para los trabajos forzados, ni sala de ejecuciones, ni peluquería. No todos hemos de llevar el pelo cortado igual, ni ponernos los mismos trajes, ni estamos numerados, ni las duchas son comunitarias, ni se producen violaciones sistemáticas, ni estamos separados las mujeres de los hombres, ni todos fuman, ni se trafica con información.

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