Más color del rastro. El otro día me decía Gabi Dakoff, que era como un caleidoscopio gigante de colores. Me encantó esa forma de verlo y esa expresión. Encantadora. Aunque pueda parecer repetitivo, me parece que el color nunca está de más. Es un valor interesante dentro de la fotografía, sobre todo en este tipo de imágenes cuyo único valor es precisamente ese, que son coloridas, que no informan de nada ni cuentan nada en absoluto. Cuando la imagen pretende contar algo más, el color puede volverse en su contra y llevarse toda la atención del espectador, pero en este caso no es así porque lo único que hay es color.
Color y buenas intenciones, claro.