Sobre los domingos y el silencio

Un domingo cualquiera, un domingo de estos en que se nota que es domingo porque no hay ruido, hace sol, no hay viento y se respira como un ambiente apacible y sereno. Domingo. También los domingos hay entrada en el fotonauta porque también los domingos necesito desahogarme y contar cómo me siento a quien lo quiera escuchar. Sería maravilloso que los domingos no tuviese cáncer, así, como por arte de magia, pero por desgracia las cosas no funcionan de esa forma. El universo parece seguir una lógica mucho más aplastante, una lógica en la que si uno tiene cáncer lo tiene los siete días de la semana. Sin más.

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Enamorado de la vida en calma

Venden de todo y todo a buen precio. No engañan a nadie y saben respetar los gustos del cliente. Por ejemplo las bebidas están siempre muy frías, el pan está calentito y están abiertos desde muy temprano hasta muy tarde. Creo que esos tres factores ya serían suficientes para garantizar el éxito de una empresa pero es que, además siempre saben dónde está cada cosa y, algo muy importante, tienen cambio de cualquier billete y te lo dan sin ponerte mala cara en absoluto.

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Melancolías extraídas del azar

Esta fotografía no es mía, es de mi hermana Alejandra. Está tomada en Navarra, durante sus últimas vacaciones y me la ha prestado para el fotonauta porque en cuanto la vi se la pedí. Me gustó mucho, como seguramente os gustará a vosotros porque algunas imágenes son casi universales, creo yo.

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Recuerdo quién soy

Yo nunca viví así, al borde del precipicio. Siempre fui bastante conservador y muchas veces me arrepiento por ello, pero qué le vamos a hacer, uno no puede cambiar su forma de ser de un momento a otro. Recuerdo muchas mañanas  en las que mis aventuras en una cuidad extraña y fascinante, eran tan simples como quedarme sentado en la cocina, sintiendo el despertar de la vida en la calle, sin hacer nada más que leer o escribir, escuchar música y fumar marihuana.

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No lo puedo permitir

La naturaleza es una de las cosas que más echo de menos. Nadar en el mar, bucear, hacer senderismo…. son cosas que me encantaba hacer y que ya nunca más podré. Con eso tengo que aprender a vivir, pero al fin y al cabo son actividades que sí practiqué, y mucho, así que me queda el recuerdo y el orgullo. Lo malo son las que, por una u otra razón, nunca llegué a realizar. Esas sí me dan miedo.

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No me quiero poner pesado

Aunque me hayan cortado las alas, a mí ya no me pueden quitar «lo bailao». No sé en qué estado mental estaría si no hubiese tenido una vida divertida. Para una vez que vivimos y me toca sufrir un cáncer… si encima mis días sobre este mundo hubiesen sido tristes, grises, monótonos y sin chispa, no sé qué rollo mental tendrían que haberme metido en el coco los psicólogos y los psiquiatras para conseguir que no cayese en un estado de depresión profunda. Imagino que a eso se refieren los médicos cuando me dicen que no parece que esté enfermo porque a sus otros pacientes se les ve a distancia que están hechos polvo y en cambio yo, si nadie te dice que tengo cáncer, es imposible que te des cuenta. Y menos ahora que, encima, estoy engordando.

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Una extraña pareja

Parece que el verano va llegando a su fin, de manera que a lo mejor van quedando pocas flores tan coloridas como éstas. En todo caso no me puedo quejar. Las flores han sido un tema bastante recurrente en el fotonauta y no contar con ellas supone una importante disminución de mis posibilidades pero, en fin, esperemos que el otoño me traiga nuevas ideas y nuevos contenidos porque una entrada diaria es mucho material fotográfico.

Estos días se cumple un año desde que dejamos todo atrás para emprender esta nueva vida. Un año ya… cómo pasa el tiempo.

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Choque de trenes

La libertad es algo que se va consiguiendo poco a poco en la vida a medida que vas sabiendo lo que es y cómo usarla. Como en todos los casos el dinero ayuda aunque no es fundamental, lo que sí es fundamental es saber qué es y tener verdadero deseo de obtenerla. Luego, por supuesto, necesitarás dinero para cumplir parte de tus sueños, pero no demasiado. Vas a necesitar más tiempo que dinero, más sabiduría que suerte y más amor que libertinaje. Con estos tres factores: tiempo, sabiduría y amor, serás casi invencible.

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