Despiadado y prepotente

Increíble empresa la Iglesia Católica. Increíble la cantidad de dinero que mueve y lo mucho que les gusta estar cerca del poder. Increíble lo mucho que les gusta guardar secretos. Increíble lo poco que les gusta el sexo y los colores, todo abstinencia y oscuridad. Ellos sabrán porqué. Yo no lo sé y tampoco quiero hacer suposiciones, me limito a constatar hechos evidentes, sin juzgarlos. Bueno, los califico de increíbles porque a mí, personalmente, me sorprende que haya tanta gente, durante tantos siglos, dedicada en cuerpo y alma a decirle a los demás cómo tienen que vivir sus vidas.

Ellos sí juzgan. Además juzgan por partida doble porque te juzgan mientras estás en la tierra y te volverán a juzgar después de muerto en el juicio final. Es lógico porque solo ellos son capaces de decidir si vives y has vivido como Dios manda ya que a nadie más que a ellos les ha sido revelada la Verdad, con mayúsculas. Y todo el que no lo crea está equivocado y, pobre de él, no ha encontrado la luz.

Suena pretencioso, como mínimo. Con la cantidad de gente que va por ahí diciendo que tienen la respuesta a las grandes preguntas del Hombre, como los budistas, los musulmanes o todas esas religiones que hay en la India, no sé, es curioso que los católicos crean que ellos son los auténticos y los demás no saben lo que dicen. A mí me suena raro y atrevido, casi como ir en contra de sus propios principios y caer en el pecado de la soberbia. Lo que pasa es que son muchos pero ni siquiera entre ellos se ponen de acuerdo porque hay diferentes tipos de Iglesia Católica y cada uno niega a los otros.

Yo no lo entiendo. Y la verdad es que me lo han intentado explicar muchas veces. Supongo que sin fe es imposible entenderlo aunque me imagino que la fe es algo que llega sin que uno pueda ir a buscarlo a ningún sitio. ¡Qué más quisiera yo que estar convencido de que rezar sirve de algo! Debe ser maravilloso poder aferrarse a algo cuando uno está enfermo como yo lo estoy pero, la verdad, no hay manera. Por mucho que la enfermedad avanza, no me llega esa luz salvadora que me haga creer que rezando me voy a curar.

Hoy he tocado este tema porque me he topado con esa foto del cura y me ha hecho gracia que siga existiendo algo así en los tiempo que corren. Además estaba junto a la de los pechos verdosos y las piedras de colores y me ha resultado llamativo el contraste. Aprovecho para decir, una vez más, que yo soy respetuoso con todo el mundo y que quiero que lo sean también conmigo así que, por favor, que nadie me intente evangelizar a estas alturas porque no tengo ninguna opinión positiva acerca del Dios despiadado y prepotente que me ha infectado con un cáncer incurable. Así como yo no intento que nadie se vuelva ateo ni agnóstico, tampoco quiero que nadie me quiera convertir a mi a ninguna religión.

Si hacemos eso, todos tan amigos. Limitemos el debate al terreno intelectual y filosófico. No creo en la religión, no me gusta y no estoy de acuerdo con sus preceptos.

Eso es todo.

8 comentarios en “Despiadado y prepotente

  1. Amen, con la iglesia hemos topao.
    Hoy mismo hablando con mi mujer, a raíz de que va a volver a reponer la película de Troya le comentaba que el 60% de las guerras que ha habido en este mundo comenzaron por culpa de la religión y el otro 40% por culpa de una mujer.
    Hace muchos años que decidí preocuparme de esta vida mundana, ya habrá tiempo para la redención cuando vaya al más allá y me ponga delante del jefe, no soy de los que les guste tratar con intermediarios que luego vienen los malos entendidos. Un abrazo amigo mio.

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    1. Bueno, hay quien dice que si la mujer hubiese estado al mando hubiese habido menos guerras y que la culpa es del instinto bélico que tenemos los hombres. Desde mi punto de vista las guerras son por dinero, no más ni menos.
      Un abrazo grande para ti.

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    1. Lo que es curioso es que comentes sin dar tu nombre, como anónimo. Yo no he dicho que no crea en dios, lo que digo es que, si existe, es un tipo despiadado y prepotente. La próxima vez pon tu nombre o tendré que anular el comentario.

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  2. A menudo los creyentes se comportan como hinchas de un equipo de fútbol: que no les toquen sus colores. Y me resulta curioso, porque cada uno es libre de creer en lo que quiera, pero la cuestión es que esa empresa gigantesca que es la Iglesia lleva siglos haciendo negocio con las creencias de las personas. En mi opinión, los creyentes deberían estar muy enfadados con esa institución elitista, siempre amiga del poder y que goza de todos los privilegios que los muertos de hambre que la consideran su hogar jamás llegarán siquiera a oler.
    Un abrazo.

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