Yo y mi circunstancia

Esta imagen fue tomada por Carolina en Madrid. La post producción es mía, así que es un trabajo en equipo. Siempre se nos dio bien hacer cosas juntos, es más, nos gusta calificarnos a nosotros mismos como un «buen equipo». He decidido ilustrar el post de hoy con una foto que no es mía, por el tema que voy a tocar: cada uno de nosotros no es más que la media de la gente que le rodea.

El otro día, en el autobús, escuché como un tipo le decía a su novia:

«Esto es lo que hay, tronca, así que si no te gusta ¡Aire! ¡Ya sabes por dónde!» –a lo que ella respondió– «¿Ah sí? Pues mira lo mismo te digo ¡Payaso!»

Muy elegante y muy maduro todo, sí. Unas palabras muy sabias, conmovedoras, y constructivas a más no poder. Dios los cría y ellos se juntan o, mejor dicho, Dios nos cría y nosotros nos juntamos, porque es lo que realmente sucede, que cada uno se junta con un determinado tipo de personas y es a ellas a quienes da explicaciones de sus actos aunque solo sea en su cabeza, por lo tanto serán los principios y los códigos morales de estas personas los que más nos influyan a la hora de comportarnos, tomar decisiones y desempeñarnos en la vida. Incluso cuando estemos con otro grupo diferente al nuestro.

La influencia es enorme. Tanta que no podemos cambiar sin cambiar antes nuestro entorno. Está más que probado, por ejemplo, en casos de rehabilitación por drogas o delincuencia. Nuestro entorno más cercano es quien dicta como somos, qué pensamos, que ropa está bien que llevemos, qué debemos opinar sobre tal o cual cosa y todos los demás aspectos que conforman nuestra personalidad.

«Yo soy yo y mi circunstancia», la famosa frase de Ortega y Gasset apunta en ese sentido. Para él, el hombre es sólo la mitad de la ecuación. La otra mitad es la vida, con la que el hombre debe interactuar, dirigirse a ella y ocuparse de ella. Y en ese concepto de vida están los otros, nuestros amigos, familiares y conocidos con los que debemos tener un trato. Por eso yo digo que dependiendo de cómo sean ellos así seremos nosotros.

De nada sirve aferrarnos a que nuestra personalidad es fuerte y somos herméticos frente al mundo exterior. «Dime con quién andas y te diré quién eres», otra frase muy conocida que viene a decir lo mismo. Por eso me hace tanta gracia cuando la gente tiene esos arrebatos egocéntricos y arrogantes, cuando se creen el centro del mundo y piensan que sus convicciones y sus gustos son inamovibles y afirman conocerse perfectamente. Ja.

En fin, ya sabéis que si queréis cambiar cosas como dejar de fumar, ir al gimnasio, leer más a menudo, pasar más tiempo con vuestra familia, ser menos egoístas, o menos arrogantes, o más cariñosos, etc. etc. antes deberéis planteaos cambiar de relaciones sociales y después armaos de valor, de paciencia y de valentía. Con esas armas ya estáis listos para plantarle cara al más pintado así que suerte y a por ello que se puede.

Digo yo, claro… Ya sabéis que todo esto no son más que divagaciones de un tipo cualquiera sentado frente a un ordenador cualquiera sin más rigor que el que vosotros me queráis otorgar. Al fin y al cabo yo soy un poco como la media de todos vosotros porque todos juntos sois mis nuevos compañeros de viaje aunque no nos conozcamos.

Yo soy yo y vosotros sois mi circunstancia.

13 comentarios en “Yo y mi circunstancia

  1. Ah… qué lindo el cierre de esta reflexión. Muy cierto lo que mencionas y es una de las frases que me conectan con lo que es uno mismo. No somos seres aislados, somos seres que vamos siendo con otros y, además, un proyecto inacabado que siempre estaremos en permanente construcción (destrucción para los que elijan ese camino, consciente o inconscientemente). Y esto de tener un blog y seguidores, que voluntariamente le dan click a Seguir, y formar una comunidad virtual de ese creador de contenido, es significativo. Entre todos nos vamos moldeando con lo que compartimos. Me gustó que la imagen que subiste, en mi mente que ve cosas abstractas y crea mundos disparatados desde lo real (como si fuese fácil definir esto), muestra a dos seres en relación: el sol y la nube, a la derecha, si prestas atención, intención y hemisferio derecho, parece formar una persona (yo la veo femenina) de cuerpo entero, con brazos desplegados hacia arriba y yendo hacia el sol. Tus fotos hacen viajar hasta en el asiento de la silla 🙂

    Le gusta a 2 personas

    1. Interesante tu comentario y tu reflexión. Coincido en que somos un proyecto en construcción. En cuanto a la mujer, no la veo por ningún lado, pero me encanta que tú sí la veas y que mis fotos te hagan volar. Me subes el ego y el ánimo.
      Te mando un abrazo enorme.

      Le gusta a 1 persona

  2. Definitivamente la foto es maravillosa…y aunque se puede reflejar una tormenta…siempre hay un rayo de sol…
    Creo q es verdad…dejaré de fumar…y me armaré de valor.
    Cada día espero leer tu blog.

    Caro- Chile- Rancagua

    Le gusta a 1 persona

  3. ¡Preciosa la foto! Y totalmente de acuerdo con lo que dices, aunque creo que también nos «juntamos» con gente que son el polo opuesto a nosotros, o por lo menos lo parecen, y también de ellos podemos sacar cosas positivas que nos ayuden a mejorar y nos hagan avanzar hacia delante en nuestra vida.
    Un abrazo.

    Le gusta a 1 persona

Deja un comentario